Descripción
“El Silencio del Arlequín”
En esta obra de fuerte carácter onírico y teatral, el artista nos presenta a una figura andrógina e intrigante que recuerda al arlequín de la comedia dell’arte, aunque despojada de gestualidad lúdica. La expresión del rostro contemplativo es severa, enigmática, casi espectral, con una mirada que no se dirige al espectador sino a una dimensión interior, como si el personaje meditara en silencio sobre su rol en un escenario vacío.
Con una rica paleta de colores en tonos azules, grises y ocres, junto a suaves formas envolventes y una atmósfera melancólica, refuerza un clima introspectivo. El vestuario, de diseño fantasioso y abstracto, parece disolverse en el fondo oscuro, lo que contribuye a la sensación de irrealidad. La figura transita entre la presencia escultórica y el desvanecimiento, atrapada entre lo humano y lo simbólico. La composición revela influencias del surrealismo y del cubismo sintético, donde la geometría y la emotividad dialogan sin conflicto.
Este personaje podría ser un arquetipo: El del artista o el del ser humano enmascarado, que contempla su identidad bajo el peso del silencio.